Miguel Molina Díaz
Ni
con su familia, ni con su honor, ni con el 30 de septiembre. Esas fueron las
advertencias del mandatario en el informe a la nación de hace un año. Hoy, a
dos años de lo que para unos fue un intento de golpe de Estado y para otros una
insubordinación policial, la necesidad de recordar ese acontecimiento es
imperante.
Pero,
¿por qué desafiar la advertencia del presidente? Simplemente porque es un
ejercicio de profundo raigambre democrático. Porque quién ostenta el poder no
debe imponernos los temas sobre los que tenemos permiso de hablar. Porque más
allá de lo que para él significa esa fecha debemos armarnos un significado propio,
al fin y al cabo, todos vivimos ese día.
Y,
lo más importante, debemos hablar abiertamente del 30 de septiembre y opinar al
respecto porque, al parecer, es la única manera de comprender el modelo de
poder bajo el cual vive el país. Si alguna conclusión podemos sacar de ese día
es que no aprendieron nada.
No
aprendieron que el ejercicio del poder no significa la imposición de una
determinada forma de pensar sobre todos los ciudadanos. No aprendieron que la
legitimación en las urnas no es suficiente, la democracia exige que los
gobiernos se legitimen todos los días. No aprendieron que polarizar al país en
bandos antagónicos profundiza los rencores.
Esa
mañana, ante la incertidumbre, decenas de personas acudieron al hospital de la
policía. Me decido a creer que no únicamente a defender a Correa sino al orden
constitucional frente a la posible y difusa amenaza de una interrupción al
régimen de derecho.
Dos
años después el presidente y sus muchachos han demostrado no haber merecido la
lealtad de quienes los defendieron. El primer aniversario fue festejado, en una
inmadurez colosal, con bombos y platillos. Su satisfacción por haber conservado
el mando sobrepuesta a la memoria de los muertos.
A
dos años del 30 de septiembre han agudizado su modelo de gobierno arbitrario y
prepotente, ese que fue la causa de la insubordinación policial y el caos
insufrible. No han aprendido nada.
*Diario La Hora
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