30 sept 2012

A dos años del negro día 30




Miguel Molina Díaz

Ni con su familia, ni con su honor, ni con el 30 de septiembre. Esas fueron las advertencias del mandatario en el informe a la nación de hace un año. Hoy, a dos años de lo que para unos fue un intento de golpe de Estado y para otros una insubordinación policial, la necesidad de recordar ese acontecimiento es imperante.

Pero, ¿por qué desafiar la advertencia del presidente? Simplemente porque es un ejercicio de profundo raigambre democrático. Porque quién ostenta el poder no debe imponernos los temas sobre los que tenemos permiso de hablar. Porque más allá de lo que para él significa esa fecha debemos armarnos un significado propio, al fin y al cabo, todos vivimos ese día.

Y, lo más importante, debemos hablar abiertamente del 30 de septiembre y opinar al respecto porque, al parecer, es la única manera de comprender el modelo de poder bajo el cual vive el país. Si alguna conclusión podemos sacar de ese día es que no aprendieron nada.

No aprendieron que el ejercicio del poder no significa la imposición de una determinada forma de pensar sobre todos los ciudadanos. No aprendieron que la legitimación en las urnas no es suficiente, la democracia exige que los gobiernos se legitimen todos los días. No aprendieron que polarizar al país en bandos antagónicos profundiza los rencores.

Esa mañana, ante la incertidumbre, decenas de personas acudieron al hospital de la policía. Me decido a creer que no únicamente a defender a Correa sino al orden constitucional frente a la posible y difusa amenaza de una interrupción al régimen de derecho.

Dos años después el presidente y sus muchachos han demostrado no haber merecido la lealtad de quienes los defendieron. El primer aniversario fue festejado, en una inmadurez colosal, con bombos y platillos. Su satisfacción por haber conservado el mando sobrepuesta a la memoria de los muertos.

A dos años del 30 de septiembre han agudizado su modelo de gobierno arbitrario y prepotente, ese que fue la causa de la insubordinación policial y el caos insufrible. No han aprendido nada.

*Diario La Hora

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