7 may 2010

ENTRVISTA A RODRIGO BORJA CEVALLOS



Cuando Rodrigo Borja era todavía muy joven, su padre le compartió unas palabras que marcarían por siempre el rumbo de su vida: "Las personas más propensas a los peligros son las que rehúsan el riesgo." El riesgo ha sido un factor determinante en el carácter y la personalidad del Ex Presidente Borja, quien ahora, cerca de cumplir sus 75 años, no tiene ningún problema en recibirnos para conversar sobre temas como el rol de los jóvenes en la sociedad, la educación, su historia de vida y lo que más le apasiona: el Ecuador.

Rodrigo Borja gobernó al Ecuador entre 1988 y 1992, es el fundador del Partido Izquierda Democrática, organización que se consolidó como una importante fuerza política y electoral desde 1979, año en que nuestro país retornó a la democracia. En el ámbito personal el Dr. Borja es un apasionado del automovilismo y la velocidad, así como los deportes. Pudimos ver en las paredes de su casa antiguos recortes de periódicos en los que se destaca la participación del ex presidente en campeonatos de basquetbol, tenis o box peso pluma, así como las fotos de cuando tuvo la oportunidad de manejar tanques de guerra o ser copiloto en un avión de combate Mirage. Es descendiente en línea directa de los Borgia del Renacimiento.

Ahora el Dr. Borja se dedica a la cátedra, sus conferencias magistrales, la escritura de su Enciclopedia de la Política y varios textos de jurisprudencia que se utilizan en varias universidades del mundo. Esto es lo que quien fue el Primer Mandatario del país compartió con nosotros:

Cuéntenos: ¿Cómo fue su vida durante el colegio, y en qué momento decidió dedicar su vida a servir al país haciendo política?

- Bueno, yo creo que tuve visión política desde muy tempranos años porque en el Colegio Americano de Quito, donde estudié, hice política, de hecho fui candidato a la presidencia del Consejo Estudiantil, y fui dirigente en varias áreas, especialmente en la deportiva. Esa etapa de mi vida no fue muy brillante en materia de estudios, yo era muy aficionado al deporte, las fiestas y las muchachas, así que mis notas no fueron buenas. Cuando ingrese a la universidad sufrí un cambio definitivo porque me convertí en un gran estudiante y al finalizar mi carrera gané el premio al mejor estudiante con promedios que habían batido records en muchos años.

¿Y fue en la Universidad donde comenzó su carrera política?

- Junto a la seriedad de los estudios seguí haciendo política universitaria, y cuando faltaba un año para salir de la Facultad de Derecho, participé en las elecciones para la presidencia de los estudiantes de la facultad y tuve un gran triunfo electoral, así que me convertí en un líder muy fuerte dentro de la política universitaria. Había en mi país un gobierno de ultra derecha y yo formaba parte de las fuerzas opositoras que se expresaban contra el gobierno de aquellos años, la lucha fue intensa, estuve en varias oportunidades preso por motivos políticos, pasaron pocos años y me convertí en el diputado más joven del Congreso Nacional, todavía no cumplía 25 años y fue elegido legislador.

¿Qué partido representaba en aquel Congreso?

- Por una alianza de partidos de centro izquierda que se llamaba “Frente Democrático Nacional.” Entonces yo daba discursos feroces en el congreso, armaba problemas y así empezó mi vida política.

¿Cuál fue su motivación para trabajar por el Ecuador, como lo sentía al Ecuador en ese entonces?

- Bueno, yo siempre entendí la política como una acción honesta y de servicio público, esa fue a lo largo de mi vida, mi norma. Vale la pena notar que, mi formación política la hice más o menos solo porque yo nunca fui nombrado ministro por ningún gobierno ni alto funcionario, que me permitiera una visibilidad pública en el país. Yo hice la lucha desde abajo, formé un partido político socialista democrático que se llamo “Izquierda Democrática.” Esto fue a comienzos de los años 70 y entonces ya la formación de un partido sin medios económicos, solamente el esfuerzo por parte de un grupo de jóvenes de ese tiempo demandó mucho trabajo, mucho empeño, mucha disciplina, todavía no había la televisión masiva de manera que para formar los núcleos del partido y las células en todo el país me pase viajando 20 años todos los fines de semana.
Pero, después de haber estado en el colegio y haberse dedicado a los deportes, a las chicas, ¿cuál fue su principal motivación para trabajar por el país y dedicarse al estudio?

- Cobré consciencia de que era el momento de prepararme y tome con absoluta seriedad mi educación, mi estudio, yo recuerdo que para rendir exámenes, hubo días en que estudie toda la noche, fui sin dormir a dar los exámenes, pero claro en 6 años de estudio solamente en 3 exámenes saque 9, todas mi notas era 10. Y claro, de ahí a seguir con la preparación, porque contrariamente lo que a veces supones si para alguna actividad hay que prepararse honda y sistemáticamente, es para la política y si se tiene perspectivas de gobierno con mayor razón.

¿Hasta dónde se proyectaba llegar cuando usted era joven, se imaginó que iba alcanzar la Presidencia de la República?

- Si, desde muy joven fije ese objetivo y recuerdo que mis tías me embromaban mucho en este tema porque yo tenía unos 17 o 18 años y proclamaba que algún día gobernare el país y claro, mis tías se morían de risa por esas pretensiones. Pero ese rumbo lo trace desde la universidad con entera seriedad y escribí un libro, el Socialismo Democrático, sobre la ideología del partido para que sirva de documento de trabajo y estudio para la juventud de nuestras bases.

Previo a la Izquierda Democrática, ¿Cómo fue su militancia en el Partido Liberal?

- Claro, si bien yo estaba más a la izquierda que el Partido Liberal, en ese momento no había sino 3 opciones políticas en la escala nacional, la una opción era el conservadurismo tradicional de tendencia religiosa, el liberalismo radical y el comunismo, yo comunista no era, había leído mucho a Marx y a Engles y me di cuenta que yo no sintonizaba con esas postulaciones. Yo desde aquellos tiempo pensé algo que al pasar de los años le dije a Fidel, y se murió de risa, le dije: “si la sociedad humana fuera compuesta por ángeles la mejor doctrina política seria el Marxismo, pero como está compuesta por seres egoístas que piensan primero en ellos y después en la comunidad, entonces el Marxismo no puede funcionar.”

¿Hubo algún personaje a quién usted siguió en el Partido Liberal o en la política de eso entonces?

- La mía fue una autoformación desde abajo porque si ustedes examinan la historia de casi todos los presidentes de nuestro país, siempre fueron favorecidos por alguien desde los tiempos del Dr. Velasco Ibarra, que favoreció a un hombre muy inteligente y apreciado por él, era Camilo Ponce, entonces le otorgó ministerios y le concedió gran visibilidad pública. El Dr. Ponce, a su vez, patrocinó al Sr. Sixto Durán Ballén, le hiso ministro y también le dio visibilidad pública. Había un líder muy popular y fuerte en Guayaquil llamado Carlos Guevara Moreno, fue el que impulsó al Sr. Assad Bucaram y lo convirtió en alcalde de Guayaquil y en pre-candidato a la presidencia, y el Sr. Bucaram propulsó a Jaime Roldos y así podríamos ir en toda la cadena de mando a lo largo del tiempo y se ve que todos los presidente fueron fruto de todo el respaldo, el patrocinio, el padrinazgo de alguien. En mi caso eso no ocurrió, las funciones que yo conseguí fueron siempre por elección popular.

En el libro de Andrés F. Córdova, “Mis primeros noventa años”, él hace una mención especial a usted como agradecimiento durante el trabajo en campaña, ¿trabajar en la campaña presidencial del Dr. Córdova le enseñó algo previo a sus posteriores candidaturas?

- Bueno si, es que yo trabaje en muchas campañas electorales presidenciales, la primera fue la del Dr. Raúl Clemente Huerta, contra quién competí años después, yo estaba en 1ero o 2do año de la universidad, entonces forme parte del Frente Democrático Universitario en respaldo al Dr. Huerta, que era un candidato de centro izquierda. Así mismo después formé parte de otra candidatura de centro izquierda que fue la de don Galo Plaza, es decir la apoye desde abajo, y pasando los años el candidato de centro izquierda fue el Dr. Andrés F. Córdova. Yo era bastante joven todavía pero sugerí que a la plataforma electoral se debía llamar “Izquierda Democrática”, porque yo ya tenía la obsesión de formar alguna vez un partido socialista democrático con este nombre. Izquierda por la vocación de cambio y democrática porque ese cambio debía lograrse sin sacrificar los derechos humanos ni las libertades públicas, es decir que conviva con la dignidad humana y el respeto a los derechos fundamentales.

¿Cómo nació la Izquierda Democrática?

- A partir del 70 se formó el nuevo partido, cuya diligencia era toda de gente joven, ese partido iba cobrando gran fuerza, rompió la estructura tradicional política y liberal conservadora, movilizo enormes multitudes. En esos años éramos los únicos que podíamos convocar esos actos en masa en la Iglesia de San Francisco, que llegó a quedarnos pequeña para las multitudes que se aglomeraban, entonces nos tuvimos que cambiar a San Blas, ahí montamos la tribuna bajo el monumento a Simón Bolívar y todo eso era un mar humano. La ID tuvo mucho éxito y me postuló por primera vez a la presidencia, no con afanes de ganar, sino de valernos de la tribuna electoral para difundir el mensaje de nuestra ideología, de nuestro programa de gobierno y en la primera participación obtuvimos alrededor del 14% de los votos, en esa elección ganó Jaime Roldos, pero en las elecciones para legisladores quedamos como la segunda fuerza nacional y de ahí, sin duda, por muchos años fuimos la primera fuerza política y mejor organizada del país.

¿Cómo llegó al poder la Izquierda Democrática?

- En el año 84 enfrenté al candidato unificado de todas las derechas, el Ing. León Febres Cordero, quien representaba a todos los grupos y partidos de ese sector en el Frente de Reconstrucción Nacional, tenían el patrocinio de la Iglesia Católica que me acusaba a mí de ateo, así como de todo el empresariado privado, por lo cual contaron con todo el dinero del mundo para la campaña y la ayuda de los medios de prensa y comunicación. Fue una campaña muy dura, le gané a la primera vuelta con poco y me ganó la segunda con poco, en la siguiente campaña, 4 años después ya gané holgadamente, eso me llevo al ejercicio del poder por 4 años, eso es un poco la historia de mi vida, de mi vida política.
Durante su presidencia, ¿Cuál fue el momento más duro que tuvo que enfrentar?

- No hubo un momento especialmente difícil, lo que si ocurrió es que tuve que gobernar en medio de una profunda crisis económica, fíjense ustedes que el precio del petróleo en mi gobierno estuvo entre 9 y 11 dólares el barril, ahora está entre 70 y 80. Pero era un gobierno con un equipo muy calificado de ministros, hombres y mujeres muy honorables, no hubo ningún escándalo de corrupción y la lucha fue en contra de la escasez de recursos para hacer las obras. Un momento de peligro nunca hubo.

¿Alguna experiencia que le haya dejado sus días en el Palacio de Carondelet?

- Yo trabajaba, como trabajo hoy, hasta las 12 en punto de la noche, cerraba la oficina del palacio y vivía ahí mismo con mi familia, en la residencia, a veces quería descansar la mente de tantos problemas y decretos, de entrevistas y de problemas, entonces salía a caminar por la noche, 40 o 45 minutos, a mí siempre me fascinó el centro de Quito porque cuando yo era niño vivía con uno de mis abuelos, a 100 metros del Cine Pichincha, por donde paseaba siempre con mis padres, con mis tíos, con mis abuelos. Así que cuando llegué a vivir nuevamente en el centro durante mi presidencia, no había para mí mayor descanso espiritual que pasear por la Plaza de La Independencia, San Francisco, me iba por la 24 de Mayo, todo ese sector que es tal lindo, a veces subía a San Juan y a Santa Bárbara para ver Quito desde arriba y absolutamente solo, sin guardias sin nada. Alguna vez en una entrevista en televisión dije eso, pasaron los meses y un día salí un poco antes de las 12 a caminar y cuando cruzaba por la Iglesia de La Compañía vi que unos cuatro hombres venían a unos 70 metros y traían unas cosas raras en las manos, seguí caminando a San Francisco y al cruzar la calle ya, los tipos estaban cerca, a 30 metros, y como eran ya las 12 de la noche, no había nadie en la calle, me pareció que algo raro estaba ocurriendo, porque portaban unas cosas largas, en algún momento pensé que deben ser armas, me di la vuelta y cuando me acercaba a ellos me dijeron: “Presidente somos del Canal 1 de Bogotá.”

Entonces, ¿solo querían comprobar si era cierto que usted caminaba de noche solo?

- En efecto, saludé con ellos y me dijeron: “Le hemos estado buscando por 3 días, porque creíamos que no era verdad que usted caminara en la noche, me comprende, para un colombiano eso no es pensable, el presidente anda con 10 carros de custodia en Colombia y que usted saliera absolutamente no lo creíamos, pensamos que usted había mentido y le queríamos capturar en la mentira.” Fue una cosa muy grata porque cuando regresábamos alguien gritaba de un tercer piso, unos jóvenes: “Presidente suba, visítenos, estamos en el tercer piso.” Subimos con los hombres de la televisión, era un pequeño instituto de estudios de mecánica automotriz y me dijeron que había faltado el profesor y que estaban jodidos, estudiaban en las noches mecánica automotriz.

¿Justamente lo que a usted le encanta?

- Claro, y por eso pregunté: ¿que están estudiando, de que es la clase? El carburador, me dijeron, entonces les dije que me traigan un carburador y daba la clase, la cual duró media hora, toda grabada por el canal 1 de Colombia. Mis conocimientos de la mecánica automotriz eran por mi afición a las competencias de automóviles, yo solía correr carreras de automóviles y por supuesto hay que saber mecánica, que a mí siempre me interesó, incluso antes de ser abogado yo quise seguir ingeniería mecánica pero mi familia no tenía el dinero para mandarme a estudiar en E.E.U.U. o Europa, aquí en esos años no había una facultad de aquello, por lo que me hice abogado. En esa ocasión les enseñé el carburador, sus partes, expliqué el sistema del oxígeno con la gasolina, la explosión de la bujía para producir el movimiento. Después nos fuimos y nos sentamos en la Plaza de la Independencia, y me hicieron una entrevista de una hora, que la pasaron después en Bogotá.

A pesar de todos los problemas, la oposición y las confrontaciones políticas, ¿su presidencia mantuvo el control y tranquilidad en todo momento?

- Mi gobierno se inclinó por la solución de los problemas sociales, dimos agua potable a un millón de campesinos que no tenían el servicio y a ochocientos mil de ellos les dimos electricidad, a un millón doscientos mil niños les dimos desayuno todos los días del año escolar, porque su situación era trágica, los niños no aprendían una letra porque iban sin alimento alguno a la escuela, se dormían, no podían aprender. Creamos una red de casas infantiles en los barrios para que los niños menores de 6 años tuvieran donde quedarse y sus padres fueran a trabajar, porque solían dejarles como prisioneros en los cuartos encerrados con candado y cuando volvían los encontraban muertos, atendíamos 230.000 niños diariamente en estas casas comunitarias donde recibían medicamentos, cuidados médicos, alimentación, juegos infantiles, estimulación temprana, todo lo que necesita un niñito de esa edad. Distribuimos 4000.000 de hectáreas de tierra a los campesinos gratuitamente. Bueno, fueron 4 años de absoluta paz, no hubo ni un preso político.

¿Cuál es el recuerdo más gratificante de sus días como Presidente de la República?

- Una de las emociones más vivas e inolvidables que viví ocurrió el ultimo día, con mi mujer abandonábamos el palacio al atardecer para ir al Congreso a entregar el gobierno al nuevo presidente y siempre los automóviles están colocados en los garajes que están atrás, pero con mi esposa pensamos que el ultimo día no podíamos salir por la puerta de atrás, así que ordené que pusieran los carros en la Plaza de la Independencia y salimos. se reunió la multitud en la plaza y se produjo un solo llanto de la gente en despedida y me obligaron, un gran gusto de mi parte, a ir caminando desde el Palacio hasta el Teatro Capítol en la Alameda, saludando a la gente y despidiéndome, abrazando al pueblo, bueno, de las experiencias más emocionantes que yo haya vivido, más intensas, mi último día de gobierno.

Usted trabajó desde muy joven, y trabajó con gente joven, ¿Qué características piensa que debe tener un joven para poder aportarle al país, que credibilidad le da usted a los jóvenes en este reto?

- El ser joven pues no dice mucho o dice algo pero no lo suficiente, el joven bien preparado es otra cosa, yo confió ciegamente en el joven que se ha cultivado, que ha leído, que ha investigado, que se ha quemado las pestañas y ha aprovechado bien el tiempo. El consejo que siempre doy a los jóvenes es que se dediquen a estudiar y a prepararse, que no desperdicien el tiempo, el tiempo, cuando uno ya lo ve hacia atrás como lo veo yo, es un elemento escasísimo en la vida de un ser humano, entonces no hay que malgastarlo, hay que utilizarlo intensamente. Hay que hacer deporte, divertirse e ir a fiestas para mantener el equilibrio emocional pero no pasar el tiempo sin hacer nada, pasarse horas diciendo tonterías no, una hora puede servir para muchas cosas útiles. No hay que desperdiciar el tiempo. Eso para mí es el secreto del éxito, las personas que han triunfado tienen esta característica: el buen aprovechamiento del tiempo.

Usted se ha referido a los jóvenes, pero: ¿qué características debería tener un buen educador?

- Bueno el buen educador deba tener características fundamentales que empiezan por el conocimiento e información acerca de lo que va a enseñar, luego altruismo, generosidad, es decir, el educador debe tener un vivo interés de que sus conocimientos sean recibidos por los estudiantes. Además no deben guardarse nada sino volcar todo lo que saben en beneficio de los alumnos, deben ser personas honorables, correctas, porque el profesor, sobre todo si es un buen maestro, se convierte en una especie de modelo para los estudiantes, entonces no solamente tiene que impartir conocimientos sino también dar un buen ejemplo de honestidad, de honradez, de sentido ético de la vida, eso es muy importante.

Ahora que nos estamos refiriendo un poco a la educación, ¿qué considera usted que es la mayor carencia actualmente en la educación ecuatoriana, y qué solución podría ponerse en práctica?

- He entendido que el destino de un país surge de la educación, las diferencias entre los países se marcan por la diferente calidad educativa y entonces nosotros tenemos muchas debilidades en nuestro sistema educativo en todos los niveles, desde el jardín de infantes hasta la universidad, faltan mayor número de buenos profesores, falta modernizar la educación. Hoy, que es la etapa en que la ciencia y la tecnología andan tan rápidamente y en que estamos en lo que yo llamo en mi enciclopedia la Sociedad Digital, es decir, la sociedad modelada por los artefactos electrónicos, entonces la educación debe ser muy fuertemente científica y tecnológica, al día de lo que ocurre. Ahora para todos nuestros actos públicos o privados debemos saber de la electrónica, entonces hay que impartir una educación que le prepare al joven a vivir en esta nueva sociedad digital y eso es en lo que estamos atrasados en nuestro país.

Sr. Presidente, ¿Cómo cree que debe actuar una persona para poder ejercer el poder con responsabilidad?

- De acuerdo a sus principios, cada persona tiene un conjunto de principios que guían su vida, si esos principios son legítimos, son buenos, son solidarios, son honestos entonces esa persona puede desempeñarse bien no solamente en el gobierno si no también en otro destino que la vida le coloque. Es cuestión de honrar los principios, primero tenerlos, cultivarlos, tener convicciones éticas acerca de lo bueno y de lo malo, pero muy claramente definidas, y entonces marchar sobre esa base. Otra cosita importante es la formación de equipos, casi todas las acciones humanas importantes se realizan con equipos, el individualismo, especialmente en la política, es realmente criminal, hay que formar quipos, trabajar en comunidad. El presidente no puede saber todo, ignora muchísimas cosas, entonces tiene que formar equipos que complementen sus conocimientos, porque por preparado que sea no sabe todo. Las tareas de dirigir un Estado son complicadísimas y hay que saber conducir los equipos, respetar el pensamiento de los otros, escuchar, aprender todos los días, eso es muy importante.

¿Qué es lo más le dolió de la política?

- Lo más duro de la política es no poder convertir en actos y en realidades todo lo que uno desea a causa de las limitaciones financiares, es decir, usted quiere hacer esto que es indispensable para la sociedad pero no cuenta con los recursos para poder cumplir ese sueño entonces eso se convierte en una tortura de todas las horas.

Y después de tantos años, ¿por qué decidió retirarse de la política?

- Hice política por más de 50 años y me retire por razones altruistas y egoístas, las altruistas tienen que ver con abrir paso a que nuevas promociones dentro del partido asuman las primeras responsabilidades, si un líder político se queda ahí y no se mueve, retrasa el desarrollo de la gente que le sigue en el escalón, entonces hay que saber retirarse para que asuman esas responsabilidades nuevos equipos de jóvenes.

¿Y egoístas porque?

- Las egoístas porque llegó un momento en que la política ecuatoriana me resultaba casi nauseabunda por la estatura de los actores políticos.

La ID fue un partido que rompió con el sistema partidista tradicional y que de alguna manera fue una esperanza para el país, que durante mucho tiempo se mantuvo con una representación popular muy grande, ¿cómo ve ahora a su partido después de que ha ido perdiendo la importancia en la vida política nacional?

- Bueno, primero quisiera aclarar que la ideología de la Izquierda Democrática es el Socialismo Democrático, no de la social democracia, la cual es un fenómeno de Europa que no es trasladable al espacio y tiempo latinoamericano. El partido tenía una gran fuerza, nosotros no necesitábamos cuñas de televisión, cuando yo llegaba a una ciudad grande o pequeña eran multitudes las que me hacían el honor de recibirme , pues había un contacto directo con las masas, no tuvimos una cuña de propagandas de la ID en la televisión, incluso porque no teníamos dinero, todos éramos personas clase media, por tanto, teníamos un presupuesto muy limitado, como anécdota les cuento que yo estuve cuatro años de enamoramiento con mi mujer y me demore cuatro años en casarme porque creímos conveniente que yo me casara cuando ganara 5.000 sucres mensuales, para mantener la casa. Todos éramos de ese estilo, no había gente rica entre los jóvenes de ID, así que todo hacíamos con esfuerzo. Formando equipos para cada fin de semana porque todos querían acompañarme en la campaña. Esa es la ID, ahora yo creo que está bastante disminuida, siendo un partido honorable, no se le puede acusar de ningún acto doloso. Nosotros fuimos los primeros en establecer elecciones para elegir por la base al dirigente, incluso a los candidatos. Para obtener la candidatura del año 88 yo hice un año de campaña electoral interna frente a otro competidor de mi partido que aspiraba también a la candidatura presidencial, así que primero gané las primarias y teníamos seiscientos mil militantes. El asunto es que la prensa nunca ha hecho la diferencia entre partidos que más bien eran mafias e ID, y a todos les han puesto en el mismo costal, la partidocracia, pero hay diferencias entre un partido limpio, ideológico, idealista, que rompió con la estructura tradicional, nosotros surgimos contra todo ese sistema y captamos las simpatías de las bases populares. Y fue realmente emocionante, a nadie se le pagaba por hacer nada, hoy las campañas son terribles, parte de mi nausea es que usted no puede pegar afiches ni pintar un puente con propagandas sin pagar, en mi tiempo no, si hubieran sido militantes de la ID no hubieran recibido un medio por salir una noche a pintar propagandas, nadie cobraba nada, era otra cosa.

La ID fue una esperanza. ¿Cree usted que la ID se va a recuperar?

- Es probable, si hay acierto en la dirigencia y trabajo, la dirigencia política demanda de mucho trabajo, el político que quiere tener existo no puede pensar en dormir ocho horas, ni descansar sábado y domingo, un dirigente político tiene que esforzarse y hacer un trabajo muy intenso, muy intenso, y eso es lo que hay que inculcar a los jóvenes que quieran hacer política, un trabajo de preparación sin tregua.

¿Se arrepiente de algo?

- Obviamente sí, me arrepiento de algunas cosas, de algunos errores, incluso en el gobierno de algunas cosas que pude haber hecho y que no hice, claro siempre lo realizado no coincide con lo soñado, con lo pensado, con lo propuesto. Eso pasa con frecuencia, fíjese usted que yo deje mi gobierno en agosto del 92, en febrero del 93 empecé a escribir mi enciclopedia, que no se si ustedes la conocen, pero la enciclopedia que fue en un principio es algo diminuto frente a lo que hoy existe en mi computadora. Mi enciclopedia tenía hasta anoche 7800 y pico de páginas pero he trabajado 17 años, 12 y 14 horas cada día porque no tengo equipo, soy solo, las enciclopedias requieren equipos de 200 investigadores. Este febrero cumplí 17 años de trabajo, yo vivía en un departamentito pequeñito, es la primera vez que vivo en casa, mi enciclopedia se ha vendido tan bien que con ese dinero de mis derechos de autor me construí esta casa hace 5 años.

En base a la experiencia de su enciclopedia, me podría decir: ¿existen formas de encubrir la democracia o de simularla?

- Claro, muchas formas, muchísimas. Lo primero es partir de la base de que la democracia no es alcanzable, es una meta lejana, el merito es aproximarse hacia ella cada vez más, a sabiendas de que nunca se la alcanzara plenamente, porque imagínense, eso que hablaba yo con Fidel de la sociedad de ángeles, un sistema, una sociedad en el que todos fueran iguales, en que la riqueza estuviera distribuida equitativamente, en que todos fueran libres, en que nadie atropellara a nadie, ese es el ideal de la democracia, ósea hacia allá caminamos o debemos caminar. Entonces lo que hay es estados, gobiernos, partidos que se encaminan, que tratan de aproximarse a ese ideal pero también hay gobiernos autoritarios, abusivos, corruptos, que en lugar de caminar para ese lado caminan para el sentido contrario, es decir, se van alejando de la democracia, pero no hay que creer en la ingenuidad de los que dicen que tienen un gobierno democrático, que su país es una democracia, como dicen los ingenuos, todas son aproximaciones a ese ideal lejano e inalcanzable en que todos sean iguales, tengan lo mismo, entonces vuelvo a la discusión con mi amigo Fidel Castro.

¿Hubo algún autor que durante su juventud le causo alguna impresión que perduro en su vida?

- Bueno varios, una de las lecturas de mi adolescencia era Juan Jacobo Rousseau que me impacto mucho, Montesquieu también, y habían muchos autores que en mi adolescencia me impactaban mucho, en el colegio yo no leía nada, mis lecturas son desde la universidad.

¿Todavía tiene tiempo de leer?

- Si claro tengo tiempo, el problema es que yo he circunscrito mis lecturas a la cuestión de la enciclopedia, les voy a enseñar algo que lo encontré para investigar, lo encontré esta mañana, en una enciclopedia que se llama Desarme que se refiere al armamentismo de los estados en desarme, esta mañana se publico “Rusia y E.E.U.U logaron un acuerdo sobre todos los documentos del nuevo tratado de desarme nuclear”, entonces se va a llamar Start 2, yo tengo hasta el Start 1, entonces yo desde esa noche voy terminando un tema y empezaré a investigar esto para ampliar la enciclopedia con el Start 2, entonces es un libro apasionante y siempre hay algo por investigar, de una conversación con ustedes puede salir una idea, entonces la investigo y después de investigarlo, a escribir.

¿Mantiene relación con los presidentes del continente? ¿Alguno le ha pedido consejos?

- Si, si mantengo. Consejos no piden los políticos pero si opiniones y no todos piden opiniones. Claro que tengo muchos amigos, a veces me invitan a mesas redondas con ellos.

¿Cómo usted enfrentó el momento de transición cuando cayó el muro de Berlín, es decir, cómo mantenía las relaciones internacionales manejando el tema de las derechas y las izquierdas, la Guerra Fría y el capitalismo y el comunismo?

- En vísperas de la caída de Berlín se realizó, Belgrado 89, tres meses antes de la caída del muro de Berlín, estábamos en la Cumbre de los Países No Alineados, entonces los países no alineados de América Latina y El Caribe me pidieron que yo hablara en nombre de todos ellos en la reunión, estuve con Gandhi, gobernante de la India que fue asesinado meses después, nieto de Mahatma, en representación de Asia, Mubarak, presidente de Egipto, quien sigue en el cargo y representaba a África y Borja que representaba a América Latina y El Caribe. En mi discurso yo ya veía el hundimiento de la Unión Soviética, lo dije un planteamiento más o menos así: “Nosotros somos no alineados respecto de las dos súper potencias, La Unión Soviética y EEUU, si una de esas potencias, concretamente la Unión Soviética se hunde y queda una sola, hay que ir pensando en cual va a ser nuestra situación hacia el futuro.” Y el gobernante de Libia, Gadafi, quién todavía gobierna, es un chico malo, había cometido actos terroristas horribles, quemó un avión y mató a 200 pasajeros con una bomba, este Gadafi tomó la palabra y comenzó a atacarme brutalmente por mi planteamiento de que la Unión Soviética se hundía, él no sabía que yo contaba con una segunda intervención, ya no en nombre de América Latina, sino en nombre del Ecuador y ahí si le saque la cresta y dije entre varias cosas: ¿Cómo aquel de la manta no ve las cosas, cómo puede gobernar un pueblo un ciego como este, sordo y mudo?” Bueno ya no les sigo el cuento, se pusieron de pie los presidentes a aplaudirme porque le habían dicho la verdad al intocable.

Realizado por:
Lina Polo
Azucena Herrera
Miguel Molina Díaz

2 may 2010

ABRIL DEL 2005 Y DEL 2010


Por Miguel Molina Díaz


Hace 5 años, el 20 de abril del 2005, amanecía un país desbordado por la crisis política y la inquebrantable posición de una ciudadanía indignada, rebelde y forajida. Los quiteños exigíamos: “Que se vayan todos.” En esos días los acontecimientos nos estaban dejando asqueados y decidimos darle un giro a la historia, mientras el Subsecretario de Bienestar Social disparaba desde su ministerio a quienes protestaban en contra del Gobierno. La noche anterior, miles de personas partimos desde la Cruz del Papa en el Parque la Carolina hacía el Centro de Quito, teníamos la consigna de llegar al Palacio de Carondelet y deponer al Dictócrata, quién nos esperaba con rectificaciones sin sentido, prepotencia y represión policial. Caminamos con la bandera tricolor y las camisetas de la selección de futbol, sentíamos al país en nuestra piel, en nuestros ojos y en nuestros gritos, esa noche y madrugada el Ecuador estaba en las calles de la capital defendiendo su dignidad y construyendo el porvenir. La escapatoria del Coronel traidor fue huir en helicóptero pero su destitución no fue el objetivo final de esa jornada: queríamos cambiarlo todo, comenzar de nuevo.


Ahora, 5 años después de la Revuelta Forajida, vemos como el 20 de abril encendió la llama de una serie de aspiraciones y luchas sociales que estuvieron relegadas de la política nacional por décadas, y se requirió de una nueva Constitución para concertar un pacto social incluyente y con perspectivas de futuro y bienestar social. La necesidad de una Revolución Ciudadana se evidenció con la Rebelión de los Forajidos y el desafío de hoy consiste en no olvidar sus orígenes, recordar que surgió de la rebeldía e indignación de la sociedad. Estamos asistiendo a un mes de abril que nos pide recuperar la memoria, sobre todo ahora, cuando el Fiscal General de la Nación impone su prepotente poder sobre la función legislativa para que no fiscalice sus abusos y negligencias. Lo que está pasando en el país es inaceptable, vemos como el Presidente de la República impone su criterio declarando la inocencia del Fiscal y solicita la renuncia de la inmunidad a los legisladores interpelantes, a pesar de que la inmunidad parlamentaria es una atribución irrenunciable del legislador en cualquier parte del mundo. ¿Acaso el Presidente es juez para revisar y validar las pruebas? ¿Es admisible que la Asamblea agache la cabeza ante los gritos y amenazas de Washington Pesantez, máximo representante de la degeneración de la justicia ecuatoriana?


Los miembros de la Comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional no son legisladores consecuentes, mucho menos forajidos, son las crónicas de un fracaso anunciado. El fracaso de la Función legislativa y su tarea fiscalizadora, el fracaso de la decencia y la ética de esta revolución, el fracaso del país y su institucionalidad. El Fiscal Pesantez es el autor de un sistema de administración mafioso de la Fiscalía, el mismo que está encubierto por los recintos y remodelaciones que dice haber emprendido. La motivación de su juicio político no es el atropello a la Señora Emme, a pesar de que su abusiva interferencia en ese proceso le hace merecedor de una denuncia penal por obstrucción a la justicia y nos revela a los ciudadanos la real cara de un funcionario que no tiene reparos en acusar a la víctima de un accidente en el que esta implicada su esposa, de haber estado en estado etílico a horas de la mañana mientras iba a retirar a su hija de pocos años de la guardería. Eso entre una cantidad distorsiones de las pruebas. El atropello no fue solo a la Señora Emme y su buen nombre, sino a todos los ciudadanos decentes, a la institucionalidad del Estado y al sistema judicial, y tiene que ver con su enturbiada gestión en la Fiscalía, no solo en el accidente. La falta de decencia descalifica a cualquier persona natural, peor aún a un funcionario público y es inaudita en un Fiscal General. ¿Qué pasó con el recuerdo del abril del 2005, su rebeldía y su capacidad de indignación frente a lo inmoral? ¿Dónde están los forajidos que deberían estar combatiendo al Fiscal Pesantez y defendiendo la dignidad del país? ¿Cuál es la ética de la Revolución Ciudadana que tolera los abusos de quién denigra la justicia?


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