26 nov 2012

La Tierra Prometida




Miguel Molina Díaz

El Estado de Israel es, sin lugar a dudas, uno de los ejemplos más grandes de lo que las colectividades podemos lograr cuando nos organizamos en la persecución de un mismo objetivo. Después del Holocausto, en el que perecieron más de 6 millones de judíos, la ONU decidió la creación del Estado israelita en el territorio de Palestina, que según la tradición de la Torá había sido prometida por Yahvé a los descendientes de Abraham.

Ben Gurión, su líder, tuvo que idearse un país en el punto geográfico más neurálgico de una guerra fratricida. Una guerra de culturas en el corazón de las tres religiones monoteístas más importantes del mundo. Y la verdad es que los primeros años fueron de tragedia: ni siquiera les era permitido el acceso a su ciudad capital, Jerusalén, que estaba controlada por los árabes.

Las dificultades, con el tiempo, se convirtieron en la posibilidad de aprender a crear soluciones para todo tipo de dificultad, que eran demasiadas. Por ejemplo, para poder sembrar en el desierto tuvieron que bombardear nubes y la lluvia, que según la biblia la enviaba Dios, fue una consecuencia de su tecnología e ingenio. Veinte años después de la época en que vivían perseguidos por los árabes, en la Guerra de los 6 días, la Primera Ministra Golda Meir se enfrentó a 5 países árabes y los venció.

Los sufrimientos del pueblo judío se remontan a los albores de la civilización humana. Y desde entonces gracias a su unidad y fuerza han logrado vencer las más horrendas adversidades: expulsiones, pestes, migraciones, guerras santas, masacres, guetos, cámaras de gas, más guerras, sangre, persecución.

Sin embargo, hace pocos días el mundo entero fue testigo de la masacre causada por el gobierno israelí en la Franja de Gaza. Creo que el Premier Netanyahu en realidad tiene problemas para distinguir entre “defensa” y “ofensa”. Para defender al pueblo israelí de los misiles de Hamás el saldo fue alrededor de 150 palestinos muertos.  Es decir, más de seis décadas después del Holocausto Israel ha olvidado el dolor, el horror, las llamas del infierno. 

* Publicado originalmente en Diario La Hora

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