31 ago 2009

EL CICLOPASEO



Por Miguel Molina Díaz

El viento, la velocidad, los puestos de auxilio y mecánica y, después, el rostro de una ciudad sin automóviles. Esta es la imagen que aparece ante los ojos de cientos, tal vez miles, de ciclistas que atraviesan principales avenidas como la Amazonas y la 10 de Agosto todos los domingos. Quito, la ciudad Luz de América, la de los conventos e iglesias barrocas, se convirtió en metrópoli y sus más de 2 millones de habitantes ya sufren los estragos de un crecimiento carente de planificación. Ahora sabemos que dos de los problemas más importantes que tiene la ciudad capital son el tráfico automovilístico y la delincuencia. Las horas pico son intransitables en las calles quiteñas, pero cada día se hace más evidente que la congestión en las principales avenidas se mantiene casi todo el día y el estrés, la mayor enfermedad de que sufrimos los quiteños, embarga las mentes de conductores y peatones. Llegó la hora de soluciones reales y, para esto, el fomento de una cultura de ciclismo es fundamental en la resolución de los principales problemas de Quito. De hecho, las grandes ciudades europeas optaron por alternativas similares al Ciclopaseo para contrarrestar el insoportable tráfico de carros; pero allá se avanzó más logrando que muchos ejecutivos y trabajadores se movilizan a sus oficinas en bicicletas. Aquí ya se implementó una ciclovía para incentivar el uso de las bicicletas como medio de transporte, no solo como un deporte, sino como una alternativa de vida; pero es necesario el fortalecimiento de las políticas municipales en esa misma dirección para que Quito sea una ciudad de ciclistas. Los conductores de automóviles y choferes del transporte público tienen la obligación de respetar la movilización de los ciclistas por las calles de esta ciudad y tanto dependencias públicas como entidades privadas deben implementar parqueaderos seguros para las bicicletas alrededor de toda la capital, especialmente en los lugares de mayor concurrencia. Además, el Ciclopaseo de los domingos es un magnifico espacio para la recreación, la práctica del deporte y para compartir en familia un momento que le hace bien a nuestra salud y a la ciudad. Es necesario, por no decir indispensable, que los quiteños recuperemos la posesión del espacio público como ciudadanos a través de estos proyectos para recuperar las calles, parques y plazas del dominio de la delincuencia. Las autoridades deben garantizarnos seguridad y control durante los eventos de recreación. El Ciclopaseo es un gran logro de nuestra ciudad y le corresponde al flamante Alcalde Barrera mantener y mejorar este espacio y retribuir así al medio ambiente por todo el daño que causa la polución producida por el parque automotor. No procede ninguna propuesta que pretenda suspender, limitar o reducir el Ciclopaseo. Llegó la hora de que Quito se convierta en la luz de esperanza para nuestro planeta y colabore en evitar que el ecosistema se destruya por un consumismo irresponsable y egoísta que lamentablemente existe y crece entre los quiteños.

miguelmolinad@gmail.com